“¿Por qué ves la paja en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo?”. Con estas palabras Jesús censuró a los que reprendían los defectos ajenos y no veían los propios. Echarle la culpa al otro, sea sujeto u objeto de la acción, es una situación que se repite en el ámbito laboral de las empresas. Las críticas pueden servir para ayudarnos a mejorar nuestro desempeño.

Sin embargo, es necesario estar preparados para oír las observaciones y para ofrecerlas cuando haga falta. Según el experto en Comunicaciones Organizaciones, Marco Arru, “el modo y la intención con que se formulan las críticas hacen la diferencia”. “No es lo mismo que un jefe señale un error frente a otros y descalifique, a que se tome el trabajo de mostrar la falla en privado, y ofrecer la oportunidad de mejorar el desempeño”, remarca.

“De igual modo, considerar al reclamo o la queja de un cliente de la organización como una oportunidad para mejorar el producto a la medida del público externo será el equivalente a trabajar con un mapa que muestre, con claridad, el camino que se debe recorrer para llegar a destino correcto”, advierte.